“Empezar hoy a vivir libre de preocupaciones”
Comenzar por tener presente que de la misma forma que aprendemos, a veces, necesitamos desaprender, que nada tiene que ver con dejar de ser quienes somos. Es más una puesta a punto vital, que consiste en cambiar nuestra forma de pensamientos erróneos. En revisar esas creencias y comportamientos que nos limitan, para poder vivir con plenitud nuestra vida.
¿Cómo aprender a vivir sin preocupación?
Aprendemos a preocuparnos observando, imitando, modelando, reproduciendo una y otra vez los mismos comportamientos aprendidos. A pesar de saber que preocuparnos no nos ayuda a conseguir los resultados que anhelamos. Seguimos “preocupándonos” repitiendo una y mil veces la misma fórmula, aunque no consigamos nada más que eso, preocuparnos. A pesar de darnos cuenta de que sólo conseguimos bloquearnos, frustrarnos. Malgastamos tiempo y energías, lo más valiosos recursos vitales que los seres humanos poseemos.
Seguro que te has preguntado por qué seguimos insistiendo, si nada positivo conseguimos preocupándonos. Sencillamente porque es lo que hemos aprendido, lo que hemos observado en nuestras vivencias, en nuestros referentes (familia, educadores, amistades, etc.). Hemos aprendido y nos han enseñado a preocuparnos. Buena parte de las personas, llegamos a convertirnos en auténticas “expertas en preocupaciones”. Confieso que yo he sido una de esas personas. Seguro que podríamos hacer listas interminables, con los diferentes tipos de preocupaciones. Qué tal si para empezar hacemos nuestra propia lista: ¿Qué me preocupa?
Ahora me río cuando pienso que llegué a conseguir un grado alto de experiencia en preocupaciones. A veces cuando me sentía tranquila, hasta me resultaba extraña esa sensación, estar sin preocupaciones. Rápidamente buscaba en mi lista de preocupaciones, pasando de estar bien a estar preocupada, en décimas de segundo. Sin darme cuenta estar preocupada se había convertido para mí en un hábito, nada recomendable está claro. Estaba convencida que estar “alerta” era necesario porque si olvidaba lo que me preocupaba, no podría solucionarlo. Imagina que resultados conseguía con esa creencia limitante, con mi extraña forma de abordar los problemas, las situaciones adversas, preocupándome.
Todo un desgaste de vitalidad, hasta que un buen día la vida te regala una situación que te supera. Llegas a tal punto que ya ni siquiera puedes decidir preocuparte. Sencillamente, has perdido el control sobre ti misma. Incluso para poder decidir qué o cómo sentirte. Has llegado al límite, ya no te quedan fuerzas, ni siquiera para seguir preocupándote. Entonces te das cuenta de que ya no puedes más, ya no quieres seguir así preocupándote. Sólo quieres saber cómo puedes superar ese hábito insano, de vivir siempre preocupándote.
Es vital saber por dónde empezar, cómo dar el primer paso para vencer las preocupaciones. Cuando todo lo que has hecho hasta ahora, ante cada problema, ante cada situación adversa, ha sido preocuparte. Adquieres tanta experiencia, cuando llevas tanto tiempo usando tu extraño método de “ante las dificultades preocuparte”. Hasta que por fin, reconoces que esa forma de vivir preocupándote, no ha hecho más que hacer sufrir y anular la confianza en ti misma.
Sentir silenciosamente que vas perdiendo seguridad, dudar si vas a saber cuidar de ti misma. Vivir se hace más duro si cabe, tratando de ocultar la vulnerabilidad que sientes. La incertidumbre de lo que te pasará, el temor de no saber cómo afrontar tu realidad. En ese preciso momento que percibes tu miedo, tu inseguridad, tu desconfianza. En un lamentable estado de derrumbe, algo en ti te dice que necesitas cambiar, que no te rindas, que sigas adelante, que confíes. Te vienen a la mente situaciones difíciles, que alguna vez superaste. Te dices a ti misma que vivir es aprender, y que tú vas conseguir afrontar esas situaciones que te superan. Descubres que evitar lo que temes, no querer sentir miedo, de alguna forma nos incapacita. Anula la oportunidad de aprender a superar las situaciones que tememos.
Pasar por situaciones preocupándonos, sin apenas detenernos a analizarlas, no es buen método. Empiezas a cansarte, agotas tu energía de forma improductiva. Pasado el tiempo, te das cuenta de lo caro y lo inútil que te ha salido ese hábito de preocuparte. Te rindes, aceptas la situación, te das permiso para equivocarte, para aprender de tus errores. Reconoces que a veces querer no es suficiente. La preocupación no ayuda, al contrario, invalida para hacer frente a la adversidad, nos anula para tomar decisiones.
Merece la alegría hacer el esfuerzo necesario, dejar de preocuparnos, para empezar a ocuparnos, que es distinto. Mantener la actitud de seguir aprendiendo de cada vivencia. Afrontar cada desafío, sencillamente aceptando cada experiencia, sin preocupaciones, sin miedo a vivir. En esa búsqueda incansable de inspiración vital, en la necesidad de manejar el torbellino de emociones que despiertan las preocupaciones (miedo, ira, tristeza etc.) surge “Guía Zero preocupaciones” una guía práctica que recoge reflexiones, principios y recursos para dejar de preocuparnos y empezar a ocuparnos. Para comenzar hoy mismo a vivir una vida libre de preocupaciones”
“Sólo tú tienes el poder y la capacidad para hacer de tu vida la
más amarga de las experiencias o la historia más apasionante de vida”
Sara Cobos
He creado para ti la guía "Zero Preocupaciones"
Cómo empezar hoy a vivir libre de preocupaciones. Descárgala aquí.